Calidad de modelos y estandarización de objetos BIM

Si aceptamos que trabajar en BIM supone gestionar toda la información que se genera a lo largo del ciclo de vida de un activo, estaremos de acuerdo en que es necesario disponer de una estructura para que esta base de datos sea eficiente.

La información que contiene un modelo BIM está íntimamente relacionada con la construcción virtual, consistente en agregar de una forma específica, ordenada y coherente lo que denominamos “objetos”. La yuxtaposición de objetos acaba generando un modelo de edificio o de una infraestructura, constituyendo una base datos gráficos y no gráficos aportados por cada objeto al conjunto.

Si esta es la forma en la que se genera la base datos que supone BIM, estaremos también de acuerdo en la necesidad de asegurar la calidad de los objetos que se utilizan, ya que repercutirá de forma directa sobre la calidad global del propio modelo. No hay un modelo BIM de calidad sin objetos de calidad.

El trabajo en BIM es colaborativo por naturaleza, lo que lleva a que especialistas en distintas áreas de conocimiento, configuren modelos que terminaran complementándose mutuamente en la definición de un activo. En este sentido, y frente a la necesidad de transmitir o intercambiar información contenida en los modelos, se precisa un acuerdo en los criterios que configuran los objetos que se incorporan.

Los productos que se utilizan en la construcción son producidos por la industria bajo marcas comerciales. Corresponde a los fabricantes de estos productos facilitar la información digitalizada de todos ellos en forma de “objetos”. Un proyecto pasa por etapas en las que va madurando, y la determinación de la marca comercial y modelo de cada componente de una obra puede llegar en fases diferentes: en la redacción del proyecto ejecutivo (por ejemplo, en la promoción privada), o en la fase de construcción cuando se trata de una obra de promoción pública. Por tanto, es evidente que durante un cierto tiempo -situado entre las fases iniciales de un proyecto- es necesario disponer de objetos genéricos, sin marca. Se trata de objetos que prescriben condiciones a cumplir que deberán ser satisfechas en alguna fase posterior por los productos de marca que finalmente se incorporen en la obra.
Esta dualidad, objeto genérico-objeto de marca, determina la necesaria disponibilidad de objetos de los dos tipos, con una estructura de información consistente que garantice, en el paso de producto genérico al de marca, la persistencia de la información requerida.

Ambos, los objetos genéricos y los de marca, configuran lo que denominamos “biblioteca de objetos BIM”, y cada uno de ellos cubre una determinada etapa de las fases por las que discurre un proyecto a lo largo de su ciclo de vida.

El valor prescriptivo de los objetos genéricos da paso al valor prestacional declarado de los objetos de fabricante. La digitalización de la información mostrada bajo un mismo estándar debe facilitar evaluaciones comparativas objetivas que permitan optimizar y aplicar las decisiones más eficientes en cada caso concreto. Por extrapolación, si se tiene la capacidad de comparar objetos, se tendrá también la posibilidad de comparar modelos BIM y proyectos. Aún podemos ir más lejos si consideramos que la estandarización de la información de los modelos BIM, permitirá analizar y extraer conclusiones de la comparación de proyectos distintos, lo que parece indispensable si se pretende una eficiencia global del sector de la Construcción.

El estándar eCOB® ha sido desarrollado bajo esta perspectiva y pretende ser una propuesta abierta y evolutiva. Abierta, para que sea útil en la creación de objetos a cualquier empresa que se dedique a ello, a los profesionales del sector, entidades, organismos, fabricantes y asociaciones que representen a diversos subsectores que producen o gestionan los productos de la construcción. Evolutiva, para que sea capaz de adaptarse y encajar con las características propias de cada tipología de productos en las distintas fases del ciclo de vida, así como a las necesidades y el progreso en el entorno de trabajo BIM.

El estándar pretende facilitar la interoperabilidad, observando la perspectiva internacional y acercándose a la realidad local. De esta forma el estándar eCOB®, realiza un esfuerzo para asimilar hasta donde hoy es posible el formato IFC, y cuando no lo es, establece un modo de implementar propiedades que sea compatible.

eCOB® da respuesta de este modo al formato abierto de intercambio más extendido, así como a las distintas plataformas de modelado, asegurando siempre un mismo nivel de calidad, sea cual sea la procedencia de los objetos.